miércoles, 28 de septiembre de 2011

Leolo....Cruda poesía cinematografica.

Es el año 1992. 
El cine practicamente vacío. No sabía lo que iba a ver, salvo que estaba en la sección oficial de la Seminci.
Se apagan las luces... Hora y tres cuartos después, me encuentro en la butaca, inmóvil, impresionado, maravillado. Todavía no he asimilado lo que acabo de ver. En ese momento soy consciente de que iba a ser una de "mis películas".

Diecinueve años después, sigo estando enamorada de ella. La he visto muchas, muchas veces. Cinco, diez, ¡que se yo! 
No te voy a contar nada de ella. Tampoco te voy a descubrir sus maravillas porque se ha escrito mucho. Solo os digo (muy bajito, al oído), que es una joya, una tesoro que hay que ver.

Buscadla!! Cerrad puertas y ventanas!. Apagad las luces! Y dejad que el canto de Bianca entre por vuestras entrañas.

Titulo Original: Léolo
Año:1992
Dirección y Guión: Jean-Claude Lauzon
Pais: Canada
Música: Richard Gregoire
Fotografía: Guy Dufaux
Reparto: Maxime Collin, Gilbert Sicotte, Ginette Reno, Julien Guiomar, Giuditta del Vecchio, Denys Arcand
Premios: Seminci 1992 - Espiga de Oro - Mejor Película




 Una última cosa. El director falleció en un accidente de avión cinco años después. Fué su segunda y última película.

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“… Lo único que le pido a un libro es que me inspire inteligencia y valor, que me diga que hay más vida de la que puedo abarcar, que me recuerde la urgencia de actuar….”

“… Mi madre tenía la fuerza de un gran barco caminando por un océano enfermo…”

 “…Esta noche el niño Godin volverá tarde a casa.
Su madre le mirará los dedos por miedo a que el niño fume a escondidas.
No, señora Godin, su hijo se folla todo lo que pilla
tiene la pilila devorada por las bacterias…
y se traga todas las pastillas que encuentra para olvidarse de usted.
Los Domingos, cuando le obliga a bañarse para ir a la Iglesia,… aprovecha para prostituirse con su entrenador de hockey.
Pero, sobretodo no se preocupe, su hijo no fuma porque se asfixia…”

 

Porque sueño, yo no lo estoy, porque sueño, sueño, porque me abandono por las noches a mis sueños, antes de que me deje el día.
Porque no amo, porque me asusta amar, ya no sueño, ya no sueño. Ya no sueño, ya no sueño, ya no sueño, ya no sueño.
A ti, la Dama, la audaz melancolía que con grito solitario hiendes mis carnes ofreciéndolas al tedio, tú que atormentas mis noches cuando no sé qué camino de mi vida tomar, te he pagado cien veces mi deuda. De las brasas del ensueño sólo me quedan las cenizas de una sombra de la mentira que tu misma me habías obligado a oír.
Y la blanca plenitud no era como el viejo interludio, y sí una morena de finos tobillos que me clavó la pena de un pecho punzante en el que creí, y que no me dejó más que el remordimiento de haber visto nacer la luz sobre mi soledad. E iré a descansar, con la cabeza entre dos palabras, en el valle de los avasallados.
Fragmento de L'avalé des avales de Réjean Ducharme. De LéoloJean-Claude Lauzon

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por la entrada, también es una de mis películas favoritas, la he visto cuatro veces y ya estoy pensando en volver a verla.
    Al ver el subtítulo de tu blog he imaginado que habrías hecho una entrada sobre Léolo, la he buscado y aquí está.
    Te he visto en el blog de una amiga a la que por cierto también le encantó la peli.

    Saludos

    Fandestéphane

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  2. Hola Fandestéphane.

    Gracias por participar y además ser la primera en comentar mi debut en el blog.

    Es una de mis películas preferidas de los últimos tiempos. Extraña, tierna, mágica. Realmente quedo tocado y hundido al terminar de verla.

    Un saludo!

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