Los Ojos Sin Rostro de Georges Franju.

Desconozco la razón,... ¿por qué es tan desconocida esta Obra Maestra?

Ahora con la última película de Almodóvar, y al encontrar paralelismos con esta genial película francesa, muchos espectadores la han conocido por primera vez.

Esta joya del cine de terror nació con la década de los sesenta. Desde Francia y de la mano del director Georges Franju, llegó algo diferente, una película de terror con una atmósfera especial, enfermiza, pero también llena de un lirismo extraño y subyugador..... "Los ojos sin rostro"

Los ojos sin rostro (Les yeux sans visage). Director: Georges Franju. 1960

En París un cirujano (Pierre Brasseur), es ayudado por su servicial secretaria (la maravillosa Alida Valli), y secuestra a chicas para intentar reconstruir la cara de su hija (Edith Scob), destrozada en un accidente de tráfico del cual se siente culpable. 

Con este argumento asistimos a una de las películas más inquietantes y perturbadoras que nos ha dado el cine. 

Una extraordinaria historia llena de paranoia y obsesión, la de un padre que quiere redimir su dolor, recuperando el rostro de su hija.

Una hija que vaga como un fantasma en esa mansión perdida en medio de la nada, con su máscara de porcelana tan delicada como terrible. 

 

Horror gótico y trágico, enrarecido, lleno de secretos, que van transformando a estos tres seres, tres "fantasmas" irremediablemente unidos entre sí, que deambulan sin descanso dominados por su dolor y culpa.

Una película llena de terror y desesperación

Rodada en un elegante y sombrío blanco y negro, cuenta con una magistral fotografía de estética expresionista, en donde abundan los claroscuros.

Sin apenas dosis de sangre, en donde una imágen es de lo más aterrador que hemos visto en una pantalla.... el bisturí.

El director mezcla realismo con la más alegórica poesía, con momentos de extremada angustia y desasosiego. 

La película avanza con un excelente ritmo, lento, casi parsimonioso, regalándonos imágenes y momentos llenos de una lírica belleza.

Son muchas las escenas impactantes: el intento de escapada de la chica envuelta en vendas, las muertes que se producen, pero sobre todo hay una escalofriante... la de la operación. Una escena durísima, lenta, angustiosa, que el director la alarga para torturarnos con ella. Son casi seis minutos de dolor que hace difícil que la soportemos.

 

La película es un espléndido ejercicio sobre la locura, las obsesiones y el amor paterno filial.

La medicina aplicada al servicio del horror.

De lo mejor de la película es toda la ambientación y puesta en escena de ella. Llena de lugares sombríos, opresivos y claustrofóbicos. Con una atmósfera muy siniestra,  perturbadora, desasosegante, llena de sombras, de reflejos...

Inquietud y angustia.....Personajes condenados al dolor y la desolación

Ayuda mucho la banda sonora de Maurice Jarre, la cual nos aporta un macabro acompañamiento, llena de emoción, terror y pesadilla. 

Una película muy intimista y personal, que no tuvo el éxito que se merecía. Fue vapuleada por crítica y público que no supieron entender esta delicada pieza de terror. Afortunadamente el tiempo la ha puesto en su lugar, y como os decía al principio, la influencia de esta en "La piel que habito" ha servido para que muchos la descubran. 

Como película inteligentísima que es, tenemos la metáfora de la máscara.

El director juega con este artilugio para mostrarnos otra más común. La máscara social, y nuestra forma de relacionarnos. La relación del individuo con los demás. Fingir con nuestro rostro, crearnos nuestra propia máscara. 

Por último quiero destacar el final, espléndido, pero sobre todo el último plano de la película... hermoso y excepcional.

Una película inquietante y fascinante, que ha influido en muchos realizadores, desde Amenábar o Almodóvar, hasta John Woo. Incluso en nuestro Jesús Franco en "Gritos en la noche".

Los ojos sin rostro, una película prodigiosa.