martes, 31 de julio de 2012

Una partida de campo, Une partie de campagne de Jean Renoir

Cada vez me parece más difícil hacer una mala película. Sí, lo normal es que dijera lo contrario. Pero es que con todos los medios que tenemos al alcance me parece un delito (y muy grave), la mediocridad que abunda en nuestras salas cada fin de semana. Es triste, pero real, muchos se sienten "iluminados" y se creen capaces de realizar películas. Pero para esto, lo principal es tener talento, y esto abunda muy poco. 

El caso que hoy que estaba de medio "rodríguez", y tras dar buena cuenta a un fresquito gazpacho, unos niguiris y un pescadito a la plancha, me sobraba casi una hora antes de reincorporarme al trabajo.
Una película no me daba tiempo, y tampoco me gusta verlas a medias, así que busqué, busqué entre los cientos de dvds,... "la tengo que tener"... "sí aquí está", ...cuarenta minutos de maestría, una gozada para todos los sentidos, pura poesía ...... "Una partida de campo", del genial Jean Renoir.

Bajo ese color azul, se esconde un poster con un dibujo estupendo.

Una partida de campo. Director: Jean Renoir. 1936.

Casi llego tarde a trabajar, pero es que después de degustar tal maravilla hay que reposarla tranquilamente. Pocas veces he visto tal maestría en tan poca duración. 

"Une Partie de Campagne", es un mediometraje basado en un relato de Guy de Maupassant. Y sobre todo es un homenaje al otro Renoir, al padre del cineasta, el pintor Pierre August Renoir
No soy un gran seguidor del pintor, tiene cuadros que me gustan, pero reconozco muchos de sus obras reflejadas en esta maravilla que le brindó su hijo. Pocas veces cine y pintura han estado tan unidos dando un resultado tan fantástico. 



La historia es muy sencilla, una familia  pasa un domingo en el campo a orillas del río. Las dos mujeres, madre e hija conocerán a unos jóvenes del lugar y tendrán un paseo por el río.

Con esta "inocente" historia, Renoir realiza una perfecta composición de los personajes y sociedad de la época, con especial protagonismo al entorno que les rodea. 

Dos personajes destacan sobre el resto, ... las dos mujeres. Y sobre todo la hija, confusa, enamoradiza, que como dice ella con un "no se que" dentro de ella, que hace que sea más sensible a todo lo que le rodea.
Maravillosa la confesión bajo el cerezo junto a su madre, cómplice de sus desdichas y que se ve reflejada en ella y en su anhelada juventud. 

Sylvia Bataille, interpreta magníficamente a esta chica. Sin duda es de lo mejor de esta historia. Bella, frágil, alegre, dulce, soñadora, poseedora de ese encanto femenino de su juventud, que finalmente acaba desdichada sin el verdadero y "salvaje" amor.

Una de las escenas cumbres y más recordadas, es la escena del columpio.
Los dos pícaros jóvenes, abren una ventana hacia la juventud, la alegría, la inocencia y el amor. 
Verla columpiarse, como si del cielo se agarrase, es toda una delicia. Un plano absolutamente maravilloso, que nos recuerda con cierta complicidad la pintura de su padre en "La Balançoire".




Otro momento culmen y absolutamente magistral es la elipsis del río. Renoir nos ha demostrado que le gusta mucho los ríos. Para él simboliza el paso de la vida.
Tiene una película que no es tan apreciada por la crítica como es "El Río" (1951), que me encanta. La historia de una familia inglesa en la India, en donde una chica conocerá lo que es la adolescencia y el amor. Todo ello con el transfondo de ese río conocedor de todas las historias, él permanece lo demás es efímero. Si no la habéis visto os la recomiendo. 


En esta ocasión está omnipresente. La primera y última imagen le pertenece.

El estupendo paseo es filmado con los habituales y excelentes encuadres del director francés. Todo ello hasta llegar a esa elipsis donde el río se vuelve áspero, donde la naturaleza cambia, aparece la lluvia y el viento para borrarlo todo, simbolizando el tiempo transcurrido.
El cambio de clima da lugar a un cambio en nuestros protagonistas.
El encuentro forzado del amor, del temido, del no querido, del no rechazado. 



Han pasado los años y comprobamos que nada ha cambiado, la desdicha del amor en ese pequeño lugar sigue estando presente, un final excepcional y maravilloso.


La fugacidad de la vida, frente a la naturaleza, siempre presente e inalterable.


Otro momento magnífico es la escena de amor junto al río. Renoir, la compone de manera prodigiosa, unos planos espléndidos bajo la dulce y cómplice música del ruiseñor, símbolo del amor. 





"Una partida de campo" no es lo suficientemente conocida, e incluso algo infravalorada. Seguramente al ser una película que no está completa, se considera una obra menor dentro de la genial filmografía de Renoir. 
Nada más lejos de la realidad, este mediometraje está en lo más alto de su obra y del cine en general.

Bella, hermosa, triste, con momento divertidos, y sobre todo poética e impresionista. 

El amor de Renoir a su padre, es claro. Las localizaciones y portentosos encuadres están presentes a lo largo de todo el metraje. 
Pero sobre todo trata sobre un tema, sobre el tiempo, sobre los instantes perdidos y la fugacidad de todos ellos y como nos pueden afectar en nuestras vidas. 
Me viene a la memoria otro instante, otro momento clave en una vida. El de Robert Kincaid (Clint Eastwood) esperando bajo la lluvia, y Francesca (Meryl Streep) en el coche con la mano en el tirador de la puerta... maravilloso y desolador, de esos momentos que pueden cambiar una vida. 
 
Renoir realiza unas de sus obras más poéticas. Bajo una "inocente" mirada, el argumento nos ofrece una sabrosa lucha entre la ciudad (lo burgués), y el campo (lo popular). 
Aquí vemos como lo primero queda seriamente dañado, sobre todo en la figura de nuestra inocente y enamoradiza protagonista. Ella es la que más pierde de todos. Pierde un amor en un recóndito lugar del río  para caer en una vida totalmente frustrada junto a su patético novio de la ciudad.


También la madre sufre de esta alegórica ensoñación, al rememorar su juventud y comprobar su vida burguesa con su despreocupado marido. 
Un matrimonio que se antoja vacío en deseos y sentimientos. En donde la figura de la mujer es la gran perdedora y perjudicada. 


Producción del año 1936, sorprende por su audacia y riesgo de sus imágenes y diálogos. Mezcla el drama con la comedia.
Es una historia tierna, emocionante, irónica, delicada, realizada con una sencillez que te cautiva, te atrapa y se queda contigo para siempre.


En definitiva un canto a la vida, al amor, a la naturaleza, y sobre todo al Cine. 




 







Instante del rodaje. El famoso plano del columpio. Curioso y efectivo.

15 comentarios:

  1. No opino lo mismo. No sé si es fácil o no hacer películas, pero sí que lo parece cuando vemos la cantidad de películas que se estrenan cada año y la (pequeña) cantidad que recordamos con cariño al año siguiente.
    Lo que sí que me parece difícil es contar una historia (con sentido) en pocos minutos.
    No he visto este mediometraje.
    En cuanto a Renoir, el pintor... una maravilla ver sus cuadros directamente.
    Saludos.

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    1. Hola Manderly.

      Creo que, salvo esté equivocado, estamos hablando de lo mismo.
      Como bien dices son muchas las películas estrenadas y muy pocas las que podemos quedarnos con ellas.
      Hacer una película es muy fácil, ahí estan los datos. Cualquiera con un equipo y algo de dinerito (que ahora poco hay) la puede realizar. Otra cosa son los resultados.

      Esta película incompleta, es una maravilla y lo más cercano a la pintura del pintor impresionista.

      Saludos

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Una película absolutamente maravillosa, muy pura, una joya. Muy buena entrada ;)

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    1. Hola Bruno.

      En efecto una auténtica maravilla y una joya de muchos kilates.

      Gracias por pasarte.

      Saludos

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  4. Pues no la conocía y tiene muy buena pinta. Un post muy bien ilustrado, Noodles.

    Un abrazo.

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    1. Hola Mara,

      en la mula, la tienes y en una excelente copia subtitulada y con extras.

      Una hermosa mini película.

      Un abrazo.

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  5. Pues si, Noodles...la síntesis del cine y la pintura filmada como poesía. Echale un ojo a Fragonard y su Columpio ¿será la misma historia adúltera? el relato de Maupassant lo he leído un par de veces (una después de ver la película) y no recuerdo que me impactara. Como es cortito esta noche lo releeré, ¡caramba! siempre acabo con deberes cuando entro en este blog: el otro día Xonxa y Xonxo, hoy Un día en el campo...saludos.

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    1. Hola Ca, ese Columpio de Fragonard, es estupendo y encierra muchos misterios y por supuesto el adulterio. Fantástica composición.

      De Xonxa y Xonxo, a Maupassant, vaya cambio!

      Saludos

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  6. No me parece fácil hacer películas. Hay que conjugar escenografía, música, fotografía, planos en movimiento, un buen guión con una historia que enganche y perdure, saber dirigir actores y por supuesto saber narrar en imágenes, cuestión que no está al alcance todos como bien sabes...Son muchas artes en una.
    Por lo demás y como hace muchísimo que no veo "une partie de campagne",el recuerdo me hace coincidir contigo, aunque debiera volver a verla para opiniar con mayor fundamento.
    Sin embargo, no tengo ningún problema para hacerlo con "el río". Sensual, reposada, mágica, una gozada para los sentidos, incluido el sexto. Saludos.

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    1. Hola V.
      Por supuesto que no es fácil, son muchos los factores, problemas etc, que encierran una película.
      Pero adonde quiero llegar es esto que tu mismo comentas, hay tanta mediocridad que parece que cualquiera puede hacerlo. Y en realidad es así, conozco personalmente a "iluminados" que creen que todo ese trabajo que indicas no hace falta y se lanzan a la aventura de dirigir. Luego pasa lo que pasa, y tenemos resultados desastrosos.
      Estan destrozando el séptimo arte.

      Me alegra ver un seguidor de "El Río", pocos me he encontrado. Siempre acusada de ser una película menor. En fin, creo que coincidimos que nos parece una maravilla.

      Saludos

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  7. Una película extraordinaria, totalmente de acuerdo contigo. Saludos.

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    1. Hola Ricard,

      coincidimos entonces. Renoir es uno de los grandes.

      Saludos y gracias por pasarte.

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  8. Para hacer una película mala solamente hace falta una cosa: no tener nada que contar , A mí me ha gustado más su post que el trabajo de Renoir que hoy nos recomiendas. Yo, lamentablemente para mí, no pude sentir lo mismo (cuando la vi hace muchos años), lo recuerdo como algo empalagoso, ñoño y lejano a a mi sensibilidad, pero sí, siempre le agradeceremos el momento del columpio. Muy buena esa foto del "making of" de ese plano.

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    1. Hola Mr. Lombreeze.

      Bueno me halaga que te guste más mi comentario que la película en sí, madre mía!

      Esos adjetivos con la que la calificas, los entiendo y los he escuchado en más de una ocasión. Yo, como es claro, no los comparto, aunque veo en algunos momentos cierto riesgo de aparecer. Pero también pienso que Renoir, exagera esos ciertos momentos, la bucolidad del campo y la inocencia de la adolescencia da para ello.

      Un saludo

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