jueves, 24 de abril de 2014

Critica. Noe de Darren Aronofsky.



"Tú seras el último hombre, y a su tiempo también volverás al polvo. La creación se quedará sola, a salvo y hermosa"


Si buscamos en el diccionario de sinónimos la palabra obsesión, no nos aparece. Pero debería incluirse un nombre con mayúsculas: Darren Aronofsky

Su última película Noé (Noah), está generando bastante controversia entre los fieles y adictos seguidores del director neoyorquino. ¿Ha traicionado a su estilo vendiéndose al más puro cine comercial? O por el contrario, ¿contiene sus señas de identidad intactas?
Si analizamos Noé, lo primero que vemos es la gran superproducción que es. Esto sería ilógico negarlo. Y también una historia mucho más accesible que cualquiera de las otras de su filmografía. Esta historia personal del Antiguo Testamento conecta con una amplia mayoría de espectadores, salvo los que se escandalizan por tonterías como no ser fiel a los textos bíblicos.
Entonces, ¿es este el "crimen" de Aronofsky? ¿Esta es su supuesta prostitución ante lo comercial? Definitivamente no son argumentos de peso para criticar y juzgar tan duramente este barbudo y notable Noé. 

noe darren arronofsky


El cine de Aronofsky siempre ha sido incómodo. Historias llevadas al extremo. Obsesiones y adicciones que hacen que sus personajes bajen a los infiernos sin la más remota posibilidad de escapar de él. Pero también su ecléctico cine ha coqueteado con el cine más comercial. ¿Acaso Cisne Negro (Black Swan. 2010) o El luchador (The Wrestler. 2008) no son dos obras "bastante comerciales"? Entonces, ¿por qué tanta crítica?

Noé puede tener sus aciertos (muchos) y defectos (pocos), pero nunca será cine que cae el lo gratuito. Particularmente, en su última película veo muchas de sus señas de identidad. Su imponente personaje principal, Noé, interpretado magníficamente por Russell Crowe, es uno de los grandes de su filmografía y en él engloba muchas de sus personales obsesiones. Aronofsky nos cuenta las diferentes etapas y estados de ánimo y moral de Noé de manera espléndida. La creencia, la duda, el enfado y por último la desobediencia y supuesta redención es el hilo conductor de esta universal historia.
En sus más de dos horas de proyección asistimos a un tour de force que nos arrastra por un camino de oscuridad y doble moral tremendo. Un tipo que bien podría haber sido un héroe pero que finalmente se nos muestra como otro humano medio villano, que porta la maldad que el diluvio trata de destruir. Muy interesante este punto de vista. El agua destruye y purifica todo, pero en el arca también hay maldad, no todos son puros. El hombre alberga innata su inocencia y su maldad. 


La película está muy bien estructurada. Asistimos a las visiones de Noé, al mandato divino, a la búsqueda de la salvación. Todo parece ser perfecto. La nueva naturaleza, los nuevos aliados, la construcción del monumental arca, pero a mitad de película todo cambia para volverse oscuro y tenebroso. Es aquí donde la historia se vuelve grande, el mal hace presencia para desembocar en una excelente escena de acción para tomar el arca y la salvación. 
Pero lo mejor aún está por llegar, y donde mejor se mueve Aronofsky. Una vez comienza el diluvio y encerrados en el arca, la atmósfera se vuelve malsana e irrespirable. Desaparece la Luz (un elemento clave en la historia), el Creador ya no aparece, ya no hay atisbo de ningún Dios. El dilema moral se apodera de Noé y el personaje que conocíamos desaparece por completo. Aumenta su "locura divina", su enajenamiento, sus espléndidas idas y venidas por el arca. Es el mejor Aronofsky, el que una vez iniciado el viaje, nos muestra el Génesis de manera soberbia.


Aronofsky ha jugado sus cartas, es evidente el reclamo comercial en sus buenas secuencias de acción. Una atracción muy sugerente para el gran público que consume vorazmente cualquier blockbuster, pero también muestra, y de qué manera, su particular cine y su particular y libre historia sobre este famoso personaje bíblico. En Noé encontramos señas personalísimas de su director como pueden ser la tremenda obsesión de su principal personaje, la búsqueda de algún sentido existencial y una muy especial como es el amor eterno, que ya expresó de manera prodigiosa en su obra maestra, la polémica La fuente de la vida (The Fountain 2006). 

noe darren arronofsky

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Se le puede achacar cierto "piloto automático" en los primeros compases, o un villano encarnado en la figura de Tubalcaín demasiado hollywoodiense, o ese descafeinado epílogo final lo más flojo de la película, pero más allá de ser juzgada como una historia religiosa-moralista-comercial, la película de Aronofsky es la historia libre y personal de un ser humano cualquiera, de tuvo la dicha o la fortuna de llamarse Noé y ser el elegido para crear un nuevo mundo. 
Como en toda su filmografía Aronofsky nos ofrece un cine que puede gustar más o menos, pero siempre diferente y poco complaciente. Y por supuesto, un cine reflexivo que cuestiona muchos aspectos sobre el ser humano. 

Noé (Noah) Director: Darren Aronofsky. Nota: 7/10



"Si tuviéramos que entrar al jardín de nuevo, sería sólo para destruirlo una vez más. El Creador nos ha juzgado, la humanidad debe terminar"



Noé. El Cómic de Darren Aronofsky

Como ya sucediera con La fuente de la vida, Aronofsky plasmó su historia en viñetas. Junto a su co-guionista Ari Handel y con los dibujos de Niko Henrichon podemos disfrutar de un estupendo cómic, diferente a lo plasmado en la película, mucho más cercano al género fantástico que a una historia bíblica. Una mezcla de Dune, Conan o el mismísimo mundo de Tolkien. Muy recomendable. Lo podéis encontrar aquí  

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